Tenía pensado escribir este post la semana que viene, pero me ha apetecido escribirlo ahora a pesar de tener el cuerpo para embalsamar y enterrar. El tema es el orgullo, creo. Ahí va.
Hace dos días, el 5 de septiembre, habría sido el 65 cumpleaños de Freddie Mercury, nacido Farrokh Bulsara. Freddie es una persona, o presencia, muy importante en mi vida, de hecho en muchos momentos ha sido, junto a Brian May, Roger Taylor y John Deacon, la persona que más he necesitado. Por todo lo que han supuesto en mi vida, y la parte que ocupan en mi corazón, considero a éstas cuatro personas parte de mi familia. Me siento orgullosa de sus logros y apenada por sus pérdidas. Muchas veces me hacen sentir afortunada; afortunada de "conocerlos" y de haber descubierto el verdadero amor por la música a través de ellos. Afortunada como sólo la amistad verdadera te hace sentir (gracias María). Me gusta pensar que no todo el mundo llega a amar la música como yo lo hago, no por no quererlo, sino porque, a lo mejor, no te llegó la música adecuada o no estuviste preparado en su momento. Por eso me siento, repito, afortunada.
Amar la música, para mí, es amar como se ama a las personas, a las cosas o a las vivencias. Lo sabes. A mí me gustan muchos grupos y cantantes, pero sólo amo uno, sólo uno me ha hecho sentir amor. Amor del que te hace querer devorar. Cuándo comencé a sentir ese amor me sentía tremendamente feliz y tremendamente triste, me hacía feliz descubrir cada nueva canción, me asombraba su talento y, por otro lado, me ponía triste saber que era una historia cerrada, que una vez escuchara todos sus discos, conociera cada una de sus canciones, ya nunca más habría nada nuevo, no volvería a sentir lo que sentí al escuchar por primera vez una de sus canciones. Miedo a la pérdida, eso sólo ocurre cuando es amor. Te das cuenta de que sí, me gusta Jamiroquai (por ejemplo) pero... no es lo mismo. Pues la diferencia entre lo que amo a Queen y lo que me gusta Jamiroquai es la razón de este post.
Veamos. Google se sacó de la chistera un videoclip para Don't stop me now que es la crema. Pero la crema de verdad, a mí me hizo llorar. No el doodle en sí, sino el hecho de ver un homenaje a Freddie hecho con tanto cariño ( lo del cariño lo sé porque, como buena fan, sé cómo son las manos de Freddie y, si buscáis en google y comparáis sus manos con la caricatura de sus manos tocando el piano en el doodle os daréis cuenta de porqué hablo de cariño). Pues a cuenta del doodle mucha gente descubrió que el 5 de septiembre era su cumple. Y se pusieron a felicitarlo por Facebook, Twitter y demás. Y a escribir Freddy. Freddy? Sí, Freddy. Y yo empecé a montar en cólera, pensando para mí: "¿Pero esta gente de qué va? Por qué coño felicitas a Freddie sino te interesa lo mínimo como para saber escribir su nombre?" Y entonces la bola empezó a crecer dentro de mí y me decía: "Esta es la gente que dice que le gusta Queen y sólo conocen sus 10 megahits, eso no es gustarte Queen! No tienes derecho ni a escribir su nombre mal!"
Bien, tras mi ataque de ira fanático, reflexioné. Y llegué a una buena conclusión: Qué mas da! Quiero decir, que mas da que esa gente no sepa nada de Freddie, ni siquiera como se llama, que mas da que sólo conozcan sus hits. Lo que importa es que mucha gente recordó a Freddie el día de su cumple, que sus canciones sonaron en mogollón de sitios y que, cuando sea el cumple de Jamiroquai, aunque no conozca toda su discografía, me gustaría poder felicitarlo y que ningún megafan de él me diga: "De que vas? No sabes nada de él! No tienes derecho a felicitarlo!"
Freddie es mi familia y cualquier persona que sienta el más mínimo cariño, respeto o admiración hacia él, será, a partir de ahora, bienvenido. Por que cuando quieres a alguien tanto, te sientes orgulloso de que sea reconocido y deseas que la gente también lo quiera, aunque no sea tanto como tú.
Me despido con dos de mis fotos favoritas de Freddie (los fans de otro gran grupo os dareis cuenta de algo especial en la foto) y le robo las palabras a Taylor Hawkins: Freddie, te echo de menos, te quiero, ojalá estuvieras aquí aún.
