20 de agosto de 2011

Yet.

No sé si soy la única persona a la que le pasa, pero últimamente nada me llama la atención en las tiendas, no veo ninguna prenda que me haga decir: Tiene que ser mía. Sin embargo hoy ví este abrigo en el nuevo lookbook de Bershka y, por fin volví a sentir esa sensación. Este abrigo va a ser mío. Dalo por hecho.


Fotos vía: Bershka

14 de julio de 2011

Luz.

Esto es lo mejor que he visto últimamente en internet. Hay más aquí.

3 de junio de 2011

Clouds.

This time tomorrow where will we be? On a spaceship somewhere sailing across an empty sea? This time tomorrow what will we know? Will we still be here watching an in-flight movie show? I'll leave the sun behind me and watch the clouds as they sadly pass me by. Seven miles below me I can see the world and it ain't so big at all.  This time tomorrow what will we see? Fields full of houses, endless rows of crowded streets. I don't know where I'm going, I don't want to see, I feel the world below me looking up at me. Leave the sun behind me, and watch the clouds as they sadly pass me by. And I'm in perpetual motion and the world below doesn't matter much to me.


Inspiring lyrics courtesy of The Kinks.

2 de junio de 2011

Nada.

Pues bueno, este es el segundo intento de post acerca de este tema. Resulta que para ilustrarlo estuve buscando unas imágenes concretas que no conseguí encontrar y desistí de postear. Pero hoy lo retomo.

El tema es que cuando era pequeña me acuerdo perfectamente de que había una gama de electrodomésticos (a pesar de que no haya imágenes de ellos ni debajo de las piedras), recuerdo en concreto la lavadora y el microondas, que eran de colores, es decir, cada parte del aparato era de un color diferente del parchís. Por favor si alguien tiene o encuentra alguna imagen de ellos que me lo comente, porque estoy mosca con el asunto, porque a lo mejor lo soñé, no sé. Bueno, el tema es que yo siempre le decía a mi madre que cuando fuera mayor y tuviera mi propia casa (ilusa de mí) mi cocina sería toda de colorines y con esos electrodomésticos. Cada vez que pasaba delante de una tienda en la que tenían la lavadora en cuestión en el escaparate se me caía la baba (raro, lo sé). Pues bueno, esto pretendía ser la introducción a lo que de verdad quería contar pero me ha quedado más extenso de lo que preveía. En fin, que ya de pequeña era yo toda una preocupada de la decoración. Otra de las cosas que quería tener en mi casa era un piano de cola, no sé a cuento de qué, pero así era. Pues de estas dos cosas, una ha cambiado y la otra se mantiene intacta en mi cabeza.

Sí, me gustaría tener un piano de cola en mi salón. ¿Por qué? No lo sé. ¿Sé tocarlo? De momento me temo que no. ¿Acaso importa? Pues tampoco. Si invoco a Freddie Mercury para que toque un par de temas en el piano de mi salón, ¿vendrá? Who knows.



Y a mis 22 años he pasado de babear porl a cocina de colores a babear por algo un poco menos llamativo. Por pedir que no sea. La lounge chair de los Eames. Es discreta, cómoda, elegante y la quiero. La clásica, de madera oscura y piel negra (a poder ser sintética, cosa que no sé si hace). 6.000 € aprox.

Míralos ellos, que majetes Ray y Charles.


Fotos vía: Robadas impunemente de Flickr y Tumblr, perdónenme.

21 de mayo de 2011

Calor.

Mis criterios para dividir a la humanidad en diferentes grupos varían según la hora - o momento - del día que sea. A la hora de meterse en cama (para dormir) tengo claramente definidos dos grupos: los que se quedan dormidos al momento y los que nos quedamos divagando un buen rato hasta que llega el sueño. Hace mucho escribí aquí algo acerca de esto. En esos momentos en los que los pensamientos comienzan, se van entrelazando, van y vienen, no sé, me da la sensación de que, en cierta manera, te enfrentas a tu propio subconsciente. 

Pues bien, en uno de estos momentos de darle vueltas a chorradas que a nadie le importan, me vino una idea que es el motivo de este post. Últimamente, por cosas de la vida, estoy escuchando - y aprendiendo - mucho inglés y esa noche, de repente, las palabras empezaron a perder sentido, como cuando repites algo muchas veces. Y una palabra me llamó mucho la atención. La palabra es BEAUTIFUL. Beautiful, beautiful, beautiful. Beauty. Full. Full of beauty? Lleno de belleza. Qué expresión más hermosa! Qué maravilla que alguien te la dedique! Seguramente ahora mismo no se use con ese sentido estricto, sino más bien como bonito o hermoso, pero aún así me parece una palabra muy romántica, poética, muy llena de significado... Todo esto es muy chorra o alguien más se lo ha planteado? Seguro que si, que por el mundo tiene que haber gente así de rara.

Y con dos imágenes que nada tienen que ver con el texto y que solo yo puedo llegar a entender me despido.


PD: Quién haya perdido su valioso tiempo leyendo esto se merece un premio. Ahí va: Haz click aquí.

19 de mayo de 2011

Color.

Un post, tras algún tiempo. Algunas cuestiones. La primera, cuando dejará esa chavalita que se llama como un pintalabios de MAC dejará de imitar a Feist? Es muy cutre. 

Y ahora lo importante, hace unos días ví por primera vez "Adaptation. El ladrón de orquídeas". A las cámaras el modernillo de Spike Jonze y al guión Charlie Kaufman. Cómo ser John Malkovich y ¡Olvídate de mí! son dos de mis películas favoritas, así que con estos precedentes me puse con muchas ganas a verla. Pues bien, puedo decir que la primera parte (hasta que Charlie decide irse a Nueva York) me pareció soberbia. La descripción de un personaje patético, que se hunde cada día más en su propio patetismo (un Nicolas Cage que demuestra lo que sabe hacer), es excepcional. Se crea un equilibrio muy cachondo entre el drama y la comedia: Charlie no llega a dar pena, osea que te puedes reír de él y de su entorno sin remordimientos, pero al mismo tiempo sabes que es un pobre desgraciado. Simplemente te gusta ver lo que le pasa, te gusta que se atormente con las plantas, que las chicas le hagan sudar, que su hermano sea un petardo... te gusta y ya está. 

Pero luego la cosa se embrolla de tal manera que, yo por lo menos, estaba deseando que acabaran de una vez. Y, en mi opinión, todo es por culpa de un personaje: Susan Orlean (Meryl Streep). Que insoportable por favor. Su historia me parece tan falsa, forzada, no me la creo. A mí me sobra bastante, con Charlie, su hermano y Laroche (genial), la historia habría sido más entretenida y menos pseudodramática, cosa que en absoluto le hacía falta. A Kaufman parece ser que le gustan las historias con un puntito (o puntazo) bizarro, pero mientras que en las dos pelis que mencioné arriba, el resultado es una delicia, aquí me da la sensación de que no aporta nada a la historia. Los personajes (menos Susan) están lo suficientemente bien construídos como para escribir sobre ellos sin necesidad de la historia rarita del guión. Pero bueno esto es mi opinión y ya se sabe, seguramente sea una gran mierda ignorante.

Un saludo.


PD: Que nadie la vea sin haber visto antes Como ser John Malkovich o se perderá un montón de detalles.